Seguro que usted que lee este artículo alguna vez en su vida ha tenido, e incluso puede que tenga hoy día, contacto con alguna persona que tiende a exagerar la gravedad de aquellos malestares físicos que padece e incluso a usar determinadas patologías de dudosa existencia para lograr la atención de los demás. Según el manual de diagnóstico psiquiátrico DSM 5 (Asociación Americana de Psiquiatría, 2013) cuando la simulación de síntomas físicos o psicológicos es llevada a un extremo de manera consciente, llegando la persona incluso a provocarse lesiones o enfermedades, sin existir recompensa evidente por ello y, además, presentándose ante los demás como enfermo incapacitado o lesionado, estamos ante el trastorno facticio.
Este trastorno, también conocido como síndrome de Münchausen en honor a un barón Alemán del siglo XVIII famoso por contar historias extraordinarias y, a la vez, falsas, según García (2006) pertenece a una estructura perversa: la persona vive conforme a su apetencia, miente para su beneficio aún perjudicando a los demás, somete a otros para lograr sus objetivos, realiza diferentes actos amolares, transgrede normas y es incapaz de amar. En otras palabra, en estos simuladores puede observarse una conducta en la que buscan cuidado y atención a través de fingir su enfermedad de una manera en la que se muestran insensibles ante el perjuicio que conllevan a los demás y demuestran incapacidad para amar de una manera correcta. Observándose esto último en conductas como las que aquí se enumeran:
- No buscan atenciones de personas especialmente significativas como es propio, sino que cualquiera les vale.
- Necesitan cuidados corporales sin importarles elementos simbólicos como las palabras, los cuales son esenciales en las relaciones afecticas.
- Todo lo que buscan del otro es consciente, sin intervenir elementos involuntarios propios de las relaciones interpersonales.
- Requieren toda la atención y cuidados sin ofrecer nada de eso a los otros.
- Las necesidades que intentan satisfacer están desligados de lo afectivo o amoroso.
En el manual de diagnóstico psiquiátrico DSM5 también se describe una variante de este trastorno en el que la falsificación de síntomas es aplicada a otro: la persona afectada finge que otro individuo está enfermo o padece determinada lesión para, a cambio, recibir él determinadas atenciones. Aquí, por ejemplo, un padre podría provocar enfermedades a un hijo mediante la administración de ciertas toxinas; existiendo casos, como uno descrito en Bórquez, González y Torres (2016) en el que un lactante fue intoxicado con Tramadol con resultado de muerte.
Lista de referencias.
Asociación Americana de Psiquiatría. (2013). Guía de consulta de los criterios diagnósticos del DSM 5. Arlington, VA. Asociación Americana de Psiquiatría.
Bórquez, P. González, J. Torres, E. (2016). Trastorno Facticio Aplicado A Otro: Doble Caso Con Un Resultado De Muerte. Revista Española De Medicina Legal. 42 (1). 34-36.
García, J.M. (2006). Determinantes Estructurales En Le Síndrome De Múnchausen. Anales De Psiquiatría. 22 (7). 344-352.
Autor: Juan Antonio Alonso
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