Problemas De Pareja

Según Díaz (2003), todas las personas, en algún momento de su vida, buscan establecer una relación de pareja, la cual, dentro de la gran variedad de formas en las que puede ser desarrollada, sigue siendo la forma de vida predominante para el ser humano.

En España los hogares en los que habita una pareja, con o sin hijos, incluyéndose familias que conviven con personas que no forman parte del núcleo familiar o con otros núcleos familiares,  son más frecuentes que aquellos en los que no se vive en pareja; siendo en el 2013, según datos del Instituto Nacional De Estadística (2013), del 63.2% sobre el total.  Debiéndose añadir a estos datos, aquellas relaciones en las que no existe una convivencia y se limitan a compartir el tiempo libre.

Por otro lado, aunque el vivir en pareja y el relacionarse con una persona considerada como tal es algo predominante en nuestra sociedad, el concepto de esta ha cambiado notablemente en los últimos años.  Décadas atrás, el modelo imperante era el de dos personas de sexo opuesto que se unían con objeto de crear una familia; plasmando sus intenciones en un contrato matrimonial. Sin embargo, en la actualidad ninguna de las cosas señaladas es estrictamente necesaria para que ellos mismos y la sociedad los considere pareja; ampliándose, por tanto, notablemente el concepto (García, 2002).

El cambio que se ha ido experimentando a lo largo de las últimas décadas es claramente observable cuando atendemos a determinados datos como el progresivo aumento de parejas sin hijos, la disminución de aquellas que tienen más de dos, el aumento de las parejas de hecho, mayor número de relaciones reconstituidas  y de aquellas formadas por personas del mismo sexo. Pudiéndose achacar estas modificaciones a numerosos factores, entre los que se encuentran el aumento de las horas de trabajo de ambos miembros, el mayor número de alternativas de ocio, evolución de los roles de pareja y, en el caso de nuestro país, la facilitación del divorcio en el año 2005 con la modificación de la ley que regula este.

Las transformaciones señaladas han hecho, según Hutchinson, Suárez y Labrador (2015), que la vida en pareja sea considerada cada vez más una elección personal en la que se busca el bienestar y el cumplimento de determinadas expectativas personales y que, cuando no se cumplen los requisitos buscados, se opte por la ruptura de la pareja o la búsqueda de solucionar los problemas para recuperar la relación; siendo la terapia psicológica de pareja un referente en la actualidad como apoyo en esa labor de salvar o mejorar las relaciones.

Para Olano  y Hernández (2015) son muchas los factores que influyen en una relación de pareja; pero un punto fundamental es que cada miembro perciba que obtiene más en esta que fuera de esta. Siendo esencial, por tanto, que exista un equilibrio en los intercambios satisfactorios entre ambas partes o, por lo menos, una percepción de dicho equilibrio.

Díaz (2003), por su parte, enumeran una serie de variables que determinan que una relación de pareja funcione de manera satisfactoria y que, en caso de ser deficitarias, pueden conducir a dificultades. Algunos de estos son:

  • Los límites que cada miembro impone sobre su intimidad y también los que establece la pareja deben ser claros y flexibles.
  • Cada uno de ellos necesita adoptar de manera alternativa el papel de fuerte o dominante y el de débil o más sumiso.
  • Estos tienen que mostrar un nivel de autoestima con cierta similitud.
  • Ambos miembros deben recibir señales claras de reconocimiento del otro, tanto positivas como negativas.
  • Una relación sexual satisfactoria conlleva bienestar, de lo contrario, insatisfacción.
  • Es muy importante que cada uno acepte las diferencias con el otro. De no ser así, el conflicto será altamente probable.
  • La intimidad es un aspecto esencial que tiene que ir en crecimiento, debiendo existir un nexo que permita que cada componente exprese al otro sus vulnerabilidades con libertad.
  • Es esencial que cada uno pueda ser congruente con lo que piensa y siente, que pueda sentirse libre para expresarse en la manera deseada.
  • Es necesario que exista un nivel de compromiso que permita la que los miembros tengan la suficiente confianza para implicarse en un proyecto común.
  • La asunción de la responsabilidad de cada uno por mejorar la relación es también esencial.

Fernández, Sainz y Labrador (2015), por su parte, inciden en señalar como factor que tiene la potencialidad de generar problemas el que los miembros no expresen en demasía afectos positivos y, por el contrario, sí se excedan con los negativos: críticas reiteradas, desprecio, indiferencia y actitud defensiva.

Un conjunto de  variables que también puede generar dificultades son las cognitivas y, en concreto, determinadas creencias inadecuadas sobre lo que debe de ser la relación de pareja, expectativas sobre lo que debe de ser una relación de pareja difícilmente realizables y, por último, determinadas atribuciones sobre el origen de las dificultades de pareja (Conde, Fernández y Labrador, 2015).

Para Morón (2006), desde las terapias de tercera generación y, concretamente, desde la terapia integral de pareja, la mayoría de los problemas tienen su origen en la manera en la que se manejan las inevitables incompatibilidades que se generan consecuencia de las diferencias entre ambos miembros o en la competición creada en áreas en las que son similares; habitualmente dando lugar a una comunicación coercitiva que favorece el conocido como proceso de polarización que, desde este enfoque terapéutico, se encuentra en la base de la mayoría de problemas.


Lista de referencias.

Conde, L.,  Fernández, E. y Labrador, F.J. (2015). Expectativas Y Aspectos Cognitivos. En Labrador, F.J (Coord). (2015). Intervención Psicológica En Terapia De Pareja: Evaluación Y Tratamiento. Madrid. Ediciones Pirámide.

Díaz, J. (2003). Prevención De Los Conflictos De Pareja. Bilbao. Desclée De Brouwer.

Fernández, Sainz y Labrador (2015). Aspectos afectivos. En Labrador, F.J (Coord). (2015). Intervención Psicológica En Terapia De Pareja: Evaluación Y Tratamiento. Madrid. Ediciones Pirámide.

García, J.A. La estructura de la pareja: implicaciones para la terapia cognitivo conductual. Clínica y Salud. 13 (1).  89-125

Hutchinson, K., Suárez, C., y Labrador, F.J. (2015). Introducción: La Vida En Pareja Hoy. En Labrador, F.J (Coord). (2015). Intervención Psicológica En Terapia De Pareja: Evaluación Y Tratamiento. Madrid. Ediciones Pirámide.

Instituto Nacional De Estadística. (2013). Las Formas De La Convivencia: 20º Aniversario Del Año Internacional De La Familia. Boletín Informativo Del Instituto Nacional De Estadística. 7/2014. Recuperado De http://www.ine.es/ss/SatelliteL=es_ES&c=INECifrasINE_C&cid=1259944407896&p=1254735116567&pagename=ProductosYServicios%2FINECifrasINE_C%2FPYSDetalleCifrasINE

Morón, R. (2006). Terapia Integral De Pareja. eduPsykhé. 2 (5). 273-286

Olano,S. y Hernández, E. (2015). Aspectos Básicos en una relación de pareja. . En Labrador, F.J (Coord). (2015). Intervención Psicológica En Terapia De Pareja: Evaluación Y Tratamiento. Madrid. Ediciones Pirámide.