PUBLICACIONES EN REDES 2019.



Fin de año, para algunos momento de valorar logros y fracasos. Para otros, una fecha más que marcar en el calendario y, quizás para la mayoría, tiempo de celebración y de diversión.
De una forma u otra, pocos son los indiferentes. En el primero de los casos, bueno es que la evaluación hecha sirva, pues, para nada resulta útil vanagloriarnos en exceso o añadir sufrimiento al dolor.
En los casos en los que el cómputo final del año fue positivo, perjudicial sería añadir una fantasía de éxito ilimitado. Disfrutar, saborear y aprender, todo esto es lo ideal. Pero siempre, de lo conseguido,no de lo que supuestamente se logrará.
Muy dañino sería también coger el fracaso para repasar mentalmente de manera repetida todo el mal y solo obtener una multiplicación de eso mismo. Diferente será buscar soluciones y aceptar que lo que ya no se puede cambiar es imposible de modificar.

En nuestra sociedad, el poseer parece una cuestión casi obligada . Todos, de una manera u otra, necesitamos sentir determinadas cosas como nuestras. Parece algo prácticamente inevitable.
De igual manera, es una realidad imposible de obviar que nada se podrá mantener para siempre. Empezando por nuestra vida y, tras esto, todo lo demás.
Así, no parece posible llevar una vida coherente sin tomar en cuenta ambas realidades, la de que todo acabará y que, a la vez, necesitamos tener cosas "eternas".

En ocasiones, la vida nos da dos caras muy diferentes a la vez
Esta es capaz de darnos la luz y la oscuridad, el nacer y el morir, la alegría y la tristeza.
No es raro que podamos recibir noticias buenas y malas casi simultáneamente.
Es bastante habitual que lo deseado y lo temido se presenten en un mismo momento.
Así es gran parte de la realidad, de nuestra realidad. Vivirla requiere aceptarla así.

La Navidad, independientemente del significado personal que pueda tener para cada persona, de manera general, en las sociedades en las que se celebra, esta está cargada de mucho simbolismo.
Cuestiones religiosas a un lado, podemos decir que la gran mayoría de personas que celebran estás fechas, lo que hacen es dar importancia, relevancia, celebrar a la familia. Bien cierto es que todo día es buen momento para tener conciencia y agradecer que tenemos gente a la que querer y que nos quiere, pero nunca está de más marcar fechas concretas destinadas a tal fin y solo a eso
Así, porque estos días son para disfrutar de los que quieres, para convivir con los que puedes hacerlo y recordar a los que no están cerca físicamente, pero sí en tu mente y en tu corazón, intenta conectar con esto y disfrutar.

FELIZ NAVIDAD

Es mucha la vida que ponemos en nuestro trabajo. En él es común usar gran cantidad de energía y tiempo. Sacrificios estos a los que se pueden sumar otros como el cambio de lugar de residencia, distanciamiento de las amistades e incluso de determinados valores personales.
Lo que este nos aporta también es muy destacado, ya que, gracias a él logramos adquirir determinados recursos necesarios para la subsistencia, más otros no tan indispensables, pero sí deseados por muchos.
Los objetivos de este pueden únicamente orientarse a la cobertura de necesidades o también añadirse el del logro y disfrute de otros recursos: experiencias lúdicas, propiedades, ahorro monetario,...
Está claro que, para la mayoría de nosotros, el trabajo, orientado a cosas más o menos básicas, persigue las metas descritas. Pero, para otros, llamémosle afortunados, este, además, busca otro fin que va más allá.
Los que son capaces de sentir, dotar de significado, querer lo que hacen, encuentran otro valor mucho más profundo. Aquí, lo que hacen se convierte en una forma de ser ellos y de ofrecerse al mundo, les permite aportar algo con sentido y, consecuente, los orienta a vivir de una manera rica y con sentido.

Todo padre o madre que ha ejercido como tal, ha dejado diferentes huellas en sus hijos.
Algunas de estas podrán ser agradables: enseñanzas, valores, aprendizajes, ...
Otras provocarán dolor: ausencias, presiones, desencuentros,...
Lo que sentimos con los que queremos tiene un efecto muchísimo más intenso que lo que vivimos con otras personas.
Pretender que nuestros padres hayan pasado por nuestras vidas sin dejar rastro de dolor es faltar a la lógica de la vida.
Pensar que como padres podamos llegar a la perfección es una idea tan ilusoria como la de poder vivir sin respirar, sin alimentarnos o hacerlos por siempre.

Un líder no puede ser el látigo que azota al desobediente, tampoco el adorno que solo decora, debe ser el faro que alumbra, el refugio en días de tormenta, el pilar sobre el que construir un proyecto.
Guiar a los demás mediante el miedo logra servidores sin alma, sin pasión, sin fidelidad real,... Así no se pueden conseguir seguidores como tal, personas que se mueven junto a las ideas de otro porque realmente sienten que es lo correcto.
La presión, la amenaza, la exigencia,..., se siente como ataque. Ante este, a la persona no le queda otra alternativa que protegerse y solo eso, no quedando espacio para dar más.
Cuando lo que hay es indiferencia, dejadez o desorden, lo que llega es incertidumbre, desconfianza,soledad,... En este contexto también es complicado crecer.
La flexibilidad, la comprensión, la justicia,..., nos dice que no estamos solos, que hay alguien ahí, que se nos tiene en cuenta. En estas condiciones sí es mucho más probable dar lo mejor de uno mismo.

Toda relación humana requiere de la distancia correcta entre los miembros de esta. Ni lejos ni demasiado cerca, en el equilibrio está la virtud.
Cuando los componentes están a muy poca distancia, corren el riesgo de chocar entre ellos. Sin embargo, si esta es muy acusada, el peligro está en una separación cada vez mayor.

Ante la enfermedad mental, todavía existe una tendencia notable a ser entendida a través de los estereotipos de antaño. Parece que, aunque se cambien las etiquetas, la carga negativa de todo lo que tiene que ver con esta sigue ahí.
Así, en muchos entornos sociales es frecuente escuchar cítricas abiertas a personas solo por el hecho de estar diagnosticadas de un trastorno mental y, aún más grave, observarse el rechazo de estas por el mismo motivo.
Podríamos decir que, a pesar de los avances de las últimas décadas, todavía es largo el camino a recorrer para que estos seres humanos sean tratados como eso y no como algo extraño merecedor del aislamiento social.

Escuchas a ese pensamiento dentro de ti que te dice que no vales, que no das la talla, que eres inferior a los demás,...?
Ni caso. Déjalo ahí. Diga lo que diga, sigue tu camino, trátalo como lo que es, pensamiento. Sí, duele, pero solo es eso.

Pocos premios pueden llegar al nivel de un sincero TE QUIERO.
Muchos de los habituados a él suelen no ser conscientes de lo duro que es nunca recibirlo.
Los que no lo tienen desde hace mucho tiempo, pero sí convivieron con él de manera frecuente en el pasado, es normal que lo añoren y valoren.
Alguno que lo desconoce puede no saber de su fuerza y, por lo tanto, no perseguirlo e, incluso, despreciarlo.
El que lo recibe cotidianamente y, además, lo saborea por lo que es, una de las grandes joyas de nuestra existencia, puede considerarse doblemente afortunado.

<<El deseo humano de unirse con los demás está enraizado en las condiciones específicas de la existencia que caracterizan a la especie humana, y es uno de los estímulos más vigorosos de la conducta humana>>.
Erich Fromm

No nos queda más remedio que aceptar que hay gente con muy poca capacidad de ponerse en el lugar del otro. Empeñarnos en que estos nos traten con cariño nos garantiza sufrimiento sin sentido.
La vida es muy variada y las personas también. Entiende que no todos te van a tratar como tú lo necesitas y que, en esas ocasiones, intentar forzarlos casi nunca dará resultado.

Todos los seres, cada uno a su manera, para sobrevivir deben de adquirir alimento, aire, agua,...
No todos, pero sí algunos, inevitablemente tienen que pertenecer a un grupo, familia, manada,...
De estos últimos, tampoco son todos los que no pueden evitar establecer vínculos afectivos con los que comparten su existencia.
Y, por último, solo los humanos son los que NECESITAN comunicarse para crear, desarrollar y transmitir cultura.

La importancia de las cosas no es la misma para cada persona. Aquel con el que compartes tu vida puede valorar objetos, acciones o intenciones de una manera muy diferente a la tuya.
Presta atención a los sentimientos y a las palabras del ser amado. Solo a través de esto conocerás lo valioso para él. No que quedes en lo externo, eso solo te dará tu medida, no la suya.

Todos tenemos un pasado, está ahí, no podemos borrarlo. Este nos ha hecho, en gran parte, ser lo que somos.
Algunas partes no nos gustan y otras sí. Muchas de ellas han dejado heridas, otras nos han dado fortalezas.
Lo vivido ha ido esculpiendo nuestra forma de sentir y pensar, no debemos negarlo, sí necesitamos aceptarlo.

Todos tenemos fronteras muy difíciles de pasar, pero no siempre por las mismas razones. En ocasiones, lo que nos para es el castigo. En otras, el amor.
Así, es esencial saber qué limites vienen de un lado u otro. No es buen compañero de vida el miedo al dolor, sí lo es la lucha por lo querido.

De nada sirve quedarnos observando el lado oscuro de nuestra vida, revolcarnos en lo mal que lo hemos hecho, pintar de más negro lo ya negro.
Reparar, arreglar, hacerlo mejor, es el único camino. Dar color a nuestra existencia, aunque esta siempre tenga zonas sombrías.

Ser conscientes de nuestros errores es imprescindible para una evolución personal. La reflexión y análisis de nuestras conductas es esencial en el desarrollo de una vida útil.
Eso sí, de nada sirve esto si no es seguido de una planificación y puesta en práctica de aquello de lo que uno llega a saber que se debe de cambiar.
Así, el mirarnos y evaluarnos para hacer algo que pueda mejorar nuestra vida y la de los demás será de lo más sano que podamos hacer. Sin embargo, el hacer lo mismo para pararnos en una autocrítica interminable e improductiva, será de las cosas más dañinas e inútiles que llevemos a cabo.


PELÍCULA RECOMENDADA POR JUAN ANTONIO ALONSO.

En esta película, Eddie Murphy revive a un personaje real, Dolemite o, en su nombre real, Rudy Ray Moore. También conocido como el padrino del Rap, aunque aquí no se habla de esta faceta.
Este filme nos viene a decir que no debemos de creer que el mundo tiene que funcionar solo como nos han dicho que debe de hacerlo, que, aunque es muy difícil salir de la norma y desarrollar una carrera profesional totalmente fuera de los cánones marcados, algunos "maravillosos locos" lo hacen.
En definitiva, se nos hace ver que tenemos que agradecer que a lo largo de la historia han existido y ojalá sigan existiendo soñadores como el representado aquí.


Hasta en los caminos más claros encontraremos obstáculos.
No esperes que superar los retos de la vida sea tarea fácil.
No desistas de intentarlo otra vez si fallaste o no lo lograste
No interpretes que has equivocado la ruta porque esta te exige más.

Todos anhelamos sentirnos queridos y, de forma más o menos directa, lo buscamos casi continuamente. Parejas, hijos, amigos,..., son el motor fundamental de nuestras vidas.
Cuando nos encontramos con el amor y lo sentimos con intensidad, la sensación es maravillosa. De igual manera, en caso de alejarnos de él, el dolor puede ser abrumador.
Todos, de una forma u otra, hemos experimentado la soledad, el rechazo, el que no nos amen,... Así, el miedo a volver a sentir esto puede empujarnos a resistir en relaciones sentimentales, familiares o sociales que ya no aportan nada y, por el contrario, sí contienen alta dosis de malestar.

Cada época del año tiene su semejanza con determinadas situaciones vitales. El otoño, como no puede ser de otra manera, no es una excepción.
Algunos de los atributos de esta estación nos recuerdan a estados depresivos. La pérdida progresiva de luz, de momentos de socialización, de actividades propias de la época estival,..., todas ausencias que van unidas de manera obligada a estos días.
Aunque la semejanza con las circunstancias psicológicas descritas tiene una fuerte connotación negativa, no lo es el caso de todas las que se pueden asociar a estos meses.
Así, también es posible encontrar similitud con el proceso vivido por muchas personas a través del cual estas toman conciencia de que ciertas ideas tomadas por válidas dejan de serlo y, consecuente, van dejándolas caer de manera similar a las hojas de los árboles.
En esta última situación, parece que el hecho de que lo ya caduco en nuestra mente nos abandone es paso necesario para dejar espacio a nuevos brotes; nuevas formas de vernos a nosotros, a los demás y al mundo.

Es muy posible que esos días en los que las cosas no te salieron bien, que perdiste algo o alguien te decepcionó, veas al mundo como triste, pagado y mustio.
También es muy probable que tras enfrentarte a un jefe, un compañero o cualquier otra persona agresiva, todo te parezca más inhumano, inhóspito, violento,...
De igual manera, en aquellos momentos en los que las buenas noticias llegaron a tu vida, seguro es que todo se volvió mucho más amable, bonito y agradable.
En definitiva, no te tomes demasiado en serio todo lo que piensas y sientes. Nuestra percepción está altamente influida por todo lo que experimentamos en un pasado más o menos lejano.

Nuestros miedos pueden tomar diferentes formas. Temor a la enfermedad, al fracaso, al rechazo,..., todos son el mismo demonio con diferentes caras.
La lucha no debe consistir en intentar destruir al monstruo, tampoco de huir o de ser sus esclavos. De lo que se trata es de aceptar que está ahí mientras hacemos muestra vida.

Cuando la felicidad de uno implica la pérdida de libertad del otro, no hablamos de querer, lo hacemos de poseer.
Un amor maduro, sano, no puede basarse en dominar al otro, en convertirlo en el instrumento de la felicidad propia.
Cuando uno considera al otro egoísta por no actuar como el considera que debe de hacerlo y, además, le exige que así se comporte, hablamos de algo más primitivo que el amor. A eso no se le debería dar tal nombre.

Si algo me está enseñando la vida es que esta no se puede forzar. Cada época te marca unos retos y, si queremos vivir con sentido, no nos queda otra opción que aceptar que hemos de enfrentarlos a ellos de la mejor forma posible.
El inmovilismo, la queja inútil, la negación de nuestra realidad, de nada nos ayudarán. El centrarnos en lo que podemos hacer y rendirnos ante lo que no, seguro que nos serán de gran utilidad.

Entradas, salidas, diferentes direcciones,..., aunque diferentes, todos nos encontramos a ellas de manera continua a lo largo de nuestra vida
Algunas veces podemos escoger y otras no, lo importante es saber cuándo esto es así, no intentar abrir o cerrar lo que no se puede, no caminar por caminos inexistentes y, por supuesto, explorar allí donde podamos sentir que nuestra vida tiene más sentido.

En épocas de la vida en los que el tiempo libre es un bien escaso, un paseo una mañana de domingo se convierte en un tesoro. Si, además, se hace tras una lectura interesante, se torna casi un ejercicio espiritual.

Todos, por momentos, pensamos, sentimos y actuamos de una forma infantil, no mesurada, poco lógica.
En ocasiones, dejamos de entender que el mundo es variado, lleno de matices, en el que los extremos pocas veces tienen sentido
Muchas veces nos cuesta entender que no existen personas cuya única intención es hacemos daño, pero tampoco aquellas que solo saben querernos.

Son muchos los que se toman la vida como una competición en la que el más fuerte gana y donde este es el que menos dolor demuestra.
A veces se premia que las personas escondan al humano y muestren una máscara en forma de fortaleza, la cual solo es fachada.
Olvidamos que una de las capacidades más importantes del ser humano es la de empatizar con el otro, la de ser capaces de compartir lo que sentimos y hacer lo posible por paliar su sufrimiento. No es difícil entender que esto, con pantallas de falsa seguridad, es imposible hacerlo.

Ni pensamiento positivo, ni buenos hábitos, ni todo nuestro esfuerzo, no, no hay manera de controlar a la vida.


Ahora mismo  en la jornada <<La Psicología Clínica en la Infancia y Adolescencia: Alternativas al Diagnóstico Biomédico y la Eficacia en la Intervención>>.
Granada.17/10/2019.
Organizado por SEPCyS. Sociedad Española para el Avance de la Psicología Clínica y de la Salí Siglo XXI.


Habla contigo mismo, habla mucho, en silencio y con cariño.
Convéncete de que no debes de dejarte arrastrar por los pensamientos y emociones que intentan hundirte.
Ayúdate a sentir lo que te tocaría sentir si no fueras enemigo de ti mismo y sí un gran compañero.

Cuando alguien te dice que te necesita, que no puede vivir sin ti, que si no estás con él morirá,..., no creas que estás ante alguien que te ama de una manera superior. Todo lo contrario, estás frente a un ser inmaduro que te siente como un instrumento para satisfacer sus necesidades.

Las relación de padres e hijos, sin duda, es nuestra luz y también nuestra sombra.
Los vínculos con los más allegados conforman gran parte de nuestra personalidad.
Tu seguridad, tu determinación, tu fuerza,..., germinó con ellos. Tu culpa, tus miedos, tu inestabilidad,..., también nacieron ahí.

El amor es un juego complicado. Este nos exige ser los más maduros y, a la vez, los más infantiles.
Cuando queremos a alguien, debemos de entender que esa persona no es perfecta. Necesitamos tener la determinación necesaria para cuidarla y respetarla con aquello que de ella nos agrada y con lo que no.
Tener a la persona como un ser completo, alguien con cosas que nos hacen sentir bien y con otras que no tanto, es esencial en una relación.
La paradoja es que, además, debemos vivir a la pareja de una manera menos moderada y más extrema. Los momentos en los que se dan arrebatos de pasión, alternados con otros de rabia, son igual de esenciales que aquellos en los que todo se modera y equilibra.

Ofrecer amor a la gente importante no implica darle más de lo que podemos. Es hacerlo en la medida de lo que nos es posible, de manera que todos lo tengan y de que, a la vez, logremos seguir sintiéndonos nosotros mismos.
En el momento en que se nos exige más de lo que podemos repartir, se nos está tratando como instrumentos para el bienestar ajeno, no como personas reales, las cuales también necesitan ser queridas y respetadas.

Si basas tu vida en asignarte un valor, es muy posible que acabes siendo esclavo de las comparaciones.
No te esfuerces en ser más o menos que lo otros, céntrate en no dañarte por ser quien eres, en darte ánimos para afrontar lo retos y en poner tu corazón en todo lo que haces.

<<Nunca sentí ese momento en el que todo estuviera bien. No creo que esos momentos existan. Todo lo que puedes hacer es intentarlo y esperar que, de alguna manera, intentarlo sea suficiente>>.

De la película Little Sister, 2016.

Todos tenemos fantasías en las que imaginamos circunstancias, personas, formas de vida,..., en las que nos gustaría vernos y con las que desearíamos relacionarnos.
A veces somos conscientes, otras no. Algunos creen que se realizarán tal cual y otros son conscientes de que eso no puede darse de manera tan ideal.
De una manera u otra, siempre que conectamos con algo o alguien que se asemeja a dichas fantasías, de eso quedamos prendados.

Suelo ver padres muy preocupados por las notas que obtienen sus hijos, los novios de estos o las clases extraescolares a las que irán, pero no tanto por la relación que mantienen con ellos.

Al revisar mis libros de psicología y ver la poca lógica de este enfoque, me pregunto por la razón que ha llevado a muchos a considerarlo el idóneo. En la búsqueda de la respuesta, me planteo dos posibilidades. 

La primera estas es que a los psicólogos no se nos esté escuchándolo. La segunda, que sí se nos tenga en cuenta, pero que nosotros no hayamos aprendido nada de nuestros maestros.

A menudo damos por sentado que la forma de vida que hemos visto y que nos han contado es la única posible.

Tendemos a dar por sentado que las familias son de una manera concreta, que para sobrevivir se deben seguir unos pasos determinados, que para lograr la felicidad se deben hacer sí o sí ciertas cosas,... 

Esto hace que nos podamos llegar a escandalizar cuando vemos a otros vivir de manera distinta, transgredir lo que creemos como lo correcto, romper la norma establecida,...

Así, ten en cuenta que lo que ayer fue un escándalo, hoy es normal y que, por tanto, lo que ahora rechazas, podrá ser aceptado por los vivan mañana. 

El que no compartas una forma de vivir no significa que esa sea la incorrecta, solo implica que es diferente.

Viajes a lugares exóticos, tecnología a la última, comidas sofisticadas, ..., nada sirve si realmente no estás ahí.

Comienza por lo simple, empieza por ser capaz de ver lo que está junto a ti.

Aunque no quieras verlo, la gente sufre, muere, padece enfermedades, es infeliz, pierde a seres queridos, se arruina,...

Puedes negarlo, pero también las personas disfrutan, saborean momentos,  quieren a los suyos, crean proyectos, aman, ...

Vivir es muy bonito, pero duele.

 

Quiéreme por quien soy y no por lo que quieres que sea.

No me pidas que cambie mis proyectos por los tuyos, construyamos los nuestros, pero dejemos prosperar a los de cada uno.

Si me conociste así, con lo que soy, con lo que tengo, con lo que hago, déjalo como está.

El querer no es imponer, no es moldear, no es cambiar lo del otro, es compartir, respetar y poner todo el empeño para que así sea.

No te dejes dominar. Ni te ayudas a ti ni tampoco a él o a ella.

La sumisión hunde al que está debajo y eleva en exceso al que se siente arriba.

Uno pierde la capacidad de vivir como individuo,  el otro se vuelve incapaz de tratar a las personas como tales.

 

Cuida tu relación como el que cuida una bonita planta, la cual puede darnos lo mejor de ella si le damos lo que necesita, pero que, de no recibir lo que requiere, de sus frutos no nos servirá y finalmente se marchitara'.
Si esta la ves mustia, atiéndela más, busca lo que tiene en exceso o en defecto para dar o quitar. Cuando esté pletórica, no lo dudes, disfrútala con todos los sentidos. Pero, lo más importante, ten en cuenta que, una vez sin vida, sus aromas, colores y sabores ya nunca volverán.

Lo que hay dentro de ti y lo que esta cerca de ti, lo que puedes ver y usar para verte, ni es bueno, ni malo, ni mejor, ni peor, es así. 
A veces gusta, otras desagrada, en alguna ocasión entristece o altera, de una u otra manera, no se trata de ser inmóviles ante lo que gustaría que fuese de otra manera, lo importante es aceptar lo que podemos ser y no torturarnos por lo que es imposible alcanzar.

Es difícil no ser cruel con los otros cuando uno lo es consigo mismo. Igualmente, es extremadamente complicado que no seas despiadado contigo si lo eres con los demás.
Las acusaciones, ataques, juicios malévolos..., nos conducen a vivir agazapados, temerosos, tapados,..., la salida es la compasión, la amabilidad, el cariño,..., para ti y para los otros.

Hay un mundo más allá de ti. Tus problemas, tus deseos, tus necesidades, claro que son importantes, obvio, pero todo no es eso. 
Desde que el hombre se preocupa por lo que este ha venido a hacer aquí, siempre aparece la idea de que no se puede ser de una manera plena con la mirada puesta únicamente en la propia existencia. Cuando conectamos con otras vidas, seres y lugares, empezamos a entender, como mínimo, que solo somos una parte del total y, a partir de ahí, podemos empezar a comprender algo más.

Amar al otro no es someterse. La sumisión implica obediencia, inferioridad, miedo a ser castigado. Querer conlleva acuerdo, igualdad, alegría por dar y recibir. 
Dos personas adultas deben sentirse seres completos, los que, aunque parte de grupos más grandes, nunca pierden su identidad. La pareja no es una excepción.

Formas de vivir la pareja hay múltiples, personas con las que hacerlo, aún más.
Si sientes que no encajas en las relaciones, quizá sea porque no has encontrado la que te queda bien.

Como seres sociales que somos, el sentirnos seguros con los que nos rodean es algo buscado y anhelado por todos. Con mayor o menor consciencia hacemos cosas para estar bien con los otros. Obviamente, no toda relación tiene el mismo valor, pero, lo que sí es algo claro, es que la conexión con los otros importa. Podría decirse que un miedo universal es el de ser excluidos, unos parias, unos apestados,..., y, lógicamente, una necesidad de todos es el sentirnos queridos, integrados, parte de algo.

Si echas de menos lo que viviste al estar enamorado, alguna vez lo tuviste. Si dudas de lo que sientes, mira lo que alguna vez experimentaste. Si no sabes dónde buscar, es posible que aún no haya llegado tu momento.
Algunas emociones complejas son costosas de conocer, pues, a diferencia de otras, no llegan en a edad temprana y tampoco son experimentadas por todos. Eso sí, una vez sentidas, son las mejores maestras para conocer si nos estamos volviendo a encontrar con ellas. De estas, el amor, sin duda, es una de las que más atención nos suscita.


PELÍCULA RECOMENDADA.
Y RESPIREN NORMALMENTE.
El tema principal de esta película es el altruismo. Esta nos cuenta como sus protagonistas, dos mujeres de muy diferente origen geográfico, cruzan sus vidas en unas circunstancias complicadas. Aquí, ambas se ayudan por el solo hecho de hacer mejor la vida de otro ser humano, por el valor de esto mismo y porque lo tienen tan arraigado que forma parte de su personalidad. Esto no lo hacen con gestas épicas de gran notoriedad para el resto de la sociedad, sino mediante acciones que quedan en el restringido ámbito de su relación, pero de enorme importancia y significado para estas dos heroínas


Si alguien te acusa de egoísta por no hacer lo que te pide, recuerda, todo aquel que intenta que el otro cambie su voluntad mediante algún tipo de manipulación es realmente el egoísta.

PELÍCULA RECOMENDADA POR JUAN ANTONIO ALONSO.
BEATS.

La música,la vida en un barrio violento de Chicago, el estrés postraumatico, la agorafobia y el duelo sirven de lienzo en el que se dibuja una relación entre dos hombres, los cuales, casa uno a su manera, están muy heridos. Uno de ellos, un joven traumatizado por la vida en un lugar cruel e inhóspito, el otro, un adulto marcado por los errores que cometió en el pasado, precisamente por querer salir de ese mismo ambiente. El primero, con un talento inusual para la música, el segundo, con un instinto especial para detectar y proyectar a este tipo de artistas.
En esta historia se habla de temas como los problemas psicológicos que pueden venir de experiencias traumáticas, el dolor de las pérdidas, los aprendizajes obtenidos de los errores vitales, la culpa, la redención, el amor, ..., pero, sobre todos ellos destaca el de las consecuencias negativas que acarrea el buscar salidas rápidas a situaciones desesperadas, soluciones que a corto plazo parecen buenas, pero que a la larga conducen de retorno a la situación inicial. Pero, además, aparece el complemento, la virtud de saber escoger caminos que, aunque más largos y complicados, con el tiempo conducen a la salida real del oscuro páramo en el que los personajes de esta historia sobreviven.

Las personas tenemos la necesidad innata de comunicarnos. Esta necesita de los demás e implica el crecer con estos. Enseñar y aprender del otro forma parte de nuestras vidas y esto lo hacemos de muy diferentes maneras. Cuando creamos una obra literaria, hacemos un viaje de placer o mantenemos una conversación ordinaria, lo que hacemos es satisfacer el instinto de comunicar.


CONVENCIÓN DE PSICÓLOGIA DE ANDALUCÍA ORIENTAL.

Un buen rato entre colegas.


Cuando dices, no me importa lo que piensan los demás de mí, realmente no estás hablando de todos los demás. Padres que siempre están ahí, hijos por los que das la vida o amigos en quien te apoyas en los días grises nuca podrán estar entre aquellos a los que muestras indiferencia. Las personas somos seres sociales y, al igual que necesitamos comer y respirar, tenemos que querer y ser queridos.

A veces nos preguntamos por qué aquél o aquella que nos ama se aleja de nosotros. En ocasiones intentamos explicar lo que ocurre según lo que se supone que siente el otro. Pero recuerda, querer implica el deseo de compartir, de participar en la vida de la otra persona y de que también ella lo haga. Así, la pregunta es incorrecta, no se trata de alguien que nos ama, es quien nosotros creemos que lo hace.

Error común en las relaciones es el centrarnos en el recibir y no en el dar. Obviamente, todos necesitamos lo primero, pero, para que esto llegue, no queda más opción que apostar por lo segundo.

Si no funciona tu lucha por mejorar tu vida, por ser feliz, por crecer,...., piensa que puedes estar enfocando mal la pelea. Quizás estés equivocando los objetivos principales. Es posible que estés empeñado en solucionar los problemas del momento y no trabajando por lo que hay más allá.
Recuerda, es algo muy común el enredarnos en la tarea urgente de sentimos mejor y, a la par que no alcanzamos lo perseguido, dejamos a un lado el trabajar por las cosas importantes que, muy a menudo, implican aceptar el sentirnos mal.


Hoy se inicia una nueva colaboración.
AMIFP, Asociación a Favor de Personas con Discapacidad de la Policía Nacional.


Existen tantos modelos de pareja como personas. No existe manual de instrucciones universal. El único que podrás encontrar y deberás buscar está dentro de tu compañero o compañera. Lo leerás en sus sentimientos, acciones y pensamientos.

 

Recuerda, casi todos tus problemas te los creas tú intentando resolver aquellos que no tienen solución.

Son muchas las necesidades humanas, estás en gran número compartidas con otras especies, pero no todas. Las que más nos diferencian y nos hacen ser lo que somos, son aquellas que nos empujan a aprender y enseñar constantemente. El comunicar lo que hay en nuestra mente, intercambiarlo y aprender de esto es lo que nos forja como individuos y como grupos, genera las condiciones necesarias para crear vínculos que van más allá de los que pueden establecer otros animales y, por supuesto, nos lleva a evolucionar de una forma que ningún otro ser puede hacer.

 

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En la pareja, lo más doloroso no es el error, pues este, como en todo comportamiento humano, forma parte de lo que se dice y hace. Lo más hiriente es la no intención de cambio, cuya forma puede ser diversa y perversa. Indiferencia, menosprecio, falsas promesas,..., caminos todos hacia un vínculo malévolo que lejos de crear relaciones que ayudan a vivir, conducen a un tormento con el que es difícil de convivir. 
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PELÍCULA RECOMENDADA.
AQUÍ Y AHORA.
En muchas ocasiones, las personas escogemos, sin ser conscientes de ello, vivir bajo una máscara. Esta puede ser de muchas formas y por múltiples motivos. El protagonista de este filme usa la del vividor, la del despreocupado, la del que sólo valora el aquí y el ahora . El motivo, el miedo a sufrir, a hacer daño y a recibirlo. Así, un ser profundo y empatico, puede aparentar ser el más superficial e insensible. Pero en descubrir esto y enfrentarlo está la grandeza de este héroe, este rey.


No tenemos la seguridad de que mañana estaremos sanos, no sabemos todo lo que piensa o siente nuestra pareja, el futuro es incertidumbre o, lo que es igual, gran parte de las cosas más importantes en nuestras vidas puede variar de un modo u otro sin que nosotros podamos hacer nada. Somos muchos los que tenemos pavor al hecho de no poder intervenir en el devenir de los eventos que más nos afectan. 
Intentar controlar lo que depende de nosotros no nos traerá la calma. Nada nos asegurará salud eterna, nunca podremos tener la total certeza de que nuestra pareja siempre estará ahí, es imposible conocer el futuro. La única vía para la paz es aprender a vivir con la realidad que supone la imposibilidad de que las cosas sean como queremos que sean, aceptar y dejar de luchar por alcanzar metas que nunca se podrán alcanzar.

 

De todas las emociones negativas que podemos sentir en una relación de pareja, el sentirnos despreciados es quizás la más devastadora. No sólo nos hace sentirnos no queridos, también no ser respetados en lo que somos.