
La infidelidad, entendida como el incumplimiento de las normas de exclusividad sexual o emocional en una relación, es un tema recurrente en las problemáticas de pareja. Este fenómeno genera dificultades por diversas razones, ya sea por haberlo sufrido, por el miedo a que ocurra o, incluso, por la subjetividad de lo que cada persona considera como tal.
Para determinar las motivaciones que llevan a las personas a ser infieles, Barta & Kiene (2005) realizaron un estudio con 420 estudiantes, de los cuales 120 admitieron haber cometido infidelidad. El estudio se centró en identificar las motivaciones principales y, al mismo tiempo, en encontrar elementos clave que pudieran predecir dichas conductas. Entre los posibles predictores que se examinaron se incluyeron los rasgos de personalidad, el género y las actitudes sexuales.
Motivaciones para cometer infidelidad.
Para empezar, los autores del estudio argumentan que la concepción tradicional de la infidelidad, que la divide en sexual o emocional, es insuficiente para abarcar la diversidad de motivaciones existentes. Por ello, proponen y estudian un modelo que distingue cuatro motivaciones fundamentales:
- Insatisfacción: Ocurre cuando hay desilusión con la pareja y se percibe de forma positiva a una posible alternativa.
- Negligencia: Se basa en la percepción de sentirse ignorado o desatendido por la pareja.
- Ira: Es el deseo de vengarse de la pareja por una ofensa o agravio percibido.
- Sexo: Corresponde al deseo de variedad y una mayor frecuencia sexual.
La personalidad y las motivaciones

Los autores del estudio continuaron su investigación analizando la relación entre las motivaciones para la infidelidad y ciertos rasgos de personalidad. Para ello, utilizaron el modelo de los Cinco Grandes (Big Five), que clasifica la personalidad en cinco dimensiones principales:
- Apertura a la experiencia: Interés por nuevas ideas, experiencias y emociones.
- Responsabilidad: Nivel de organización, disciplina y fiabilidad.
- Extraversión: Sociabilidad, energía y asertividad.
- Amabilidad: Cooperación, empatía y confianza en los demás.
- Neuroticismo: Tendencia a experimentar emociones negativas como ansiedad, inestabilidad emocional y tristeza.
Al relacionar estos rasgos con las motivaciones, los autores hallaron lo siguiente:
- El estudio demostró que el alto neuroticismo se asocia directamente con la infidelidad por negligencia e ira. Esto sugiere que las personas más neuróticas son propensas a sentirse ignoradas o desatendidas en su relación y, como resultado, pueden buscar validación o venganza a través de la infidelidad. Su alta reactividad emocional además les hace percibir los conflictos con más intensidad, lo que las lleva a buscar represalias a través de una tercera persona, lo que, a su vez, puede darles el alivio necesario.
- También se concluyó que los individuos con alta extraversión son más propensos a cometer infidelidad por insatisfacción. Esto no se debe a que busquen sexo, sino a que su naturaleza social y su necesidad de estimulación constante los hace sentir con mayor intensidad la falta de satisfacción. Si su pareja no cumple con su necesidad de sociabilidad o diversión, es más probable que busquen esa gratificación en otro lugar, lo que puede derivar en una nueva conexión emocional y, finalmente, en infidelidad.
- Se encontró una asociación entre la baja amabilidad y la ira. Las personas con una baja amabilidad son menos comprensivas, más propensas a la confrontación y menos dispuestas a perdonar. Cuando se sienten ofendidas o traicionadas por su pareja, su respuesta natural puede ser vengarse a través de la infidelidad, en lugar de intentar resolver el conflicto de manera cooperativa.
Actitudes sexuales y motivaciones.

Otro de los factores investigados fueron las actitudes sexuales y, de manera más específica, lo que se da a conocer como la orientación sociosexual, definida como la disposición de una persona para mantener relaciones sexuales sin necesidad de compromiso emocional, que varía desde la sociosexualidad restringida a la no restringida.
El estudio confirmó que la motivación más común para la infidelidad en los hombres es la sexual, y que esta se relaciona directamente con una orientación sociosexual no restringida. Este factor, por naturaleza, predispone tanto a hombres como a mujeres a la promiscuidad y a la búsqueda de sexo sin compromiso, pero, según el estudio, afecta de manera más notable a los hombres que a las mujeres.
Conclusión
En resumen, este estudio demuestra que la infidelidad no es un acto impulsivo o aleatorio. Por el contrario, está sistemáticamente relacionada con la personalidad y las actitudes sexuales de un individuo. Rasgos de personalidad como el neuroticismo, la extraversión y la amabilidad pueden predisponer a una persona a cometer ciertos tipos de infidelidad (por ira, negligencia o insatisfacción). A su vez, una orientación sociosexual no restringida predice de manera robusta la infidelidad impulsada por el deseo sexual.
Autor: Juan Antonio Alonso.
Referencias bibliográficas.
Barta, W., & Kiene, S. (2005). Motivations for infidelity in heterosexual dating couples: The roles of gender, personality differences, and sociosexual orientation. Journal of Social and Personal Relationships, 22(3), 339–360. https://doi.org/10.1177/0265407505052440
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