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LAS 11 CONDUCTAS DE TU PAREJA QUE TE INDICARÁN QUE ES NARCISITA

La pareja es una realidad que no puede ser entendida sin el conjunto de acciones que realizan los componentes de esta para compartir tiempo y espacio, el cual debe estar destinado a mantener intercambios, más o menos equilibrados, de afecto, sexo, comunicación y, de una manera más extensa, de apoyo en diferentes ámbitos prácticos. Esto es lo que se persigue y es lo que hace que las personas encuentren un bienestar mayor en el ámbito de las relaciones sentimentales que de manera independiente a ellas. Obviamente, cuando esto no es así, lo que se obtiene no es agradable y el sufrimiento se hace patente. En este último caso, los desequilibrios causantes pueden ser de diferentes tipos y llevados a cabo por las dos partes de la relación o, en algunos casos, de una manera muy acusada, siempre van del mismo lado. En otras palabras, las parejas pueden fracasar porque ambos descuidan el ser atentos, cuidadosos, afectivos,…, o, en los casos más dolorosos, porque sólo actual en tal forma uno de ellos. Cuando la no reciprocidad es muy acusada y la relación se transforma en algo donde uno se siente subyugado, presionado, despreciado,…, mientras que el otro no padece sufrimiento alguno, con mucha probabilidad, estemos ante una situación en la que uno de ellos tiene un perfil de personalidad narcisista o manipuladora y el otro excesivamente empático o vergonzoso.

Ahora, veamos a qué nos referimos con los últimos conceptos señalados. El narcisismo puede encuadrarse dentro de un trastorno de personalidad definido en principal manual de diagnóstico psiquiátrico, DSM, pero aquí no se habla exactamente de este. En este artículo se hace referencia a él como  un constructo o rasgo de personalidad en el que todos nos movemos, pero donde sus extremos resultan patológicos. Para entenderlo mejor, debemos considerar que cualquier persona, en mayor o menor medida, se tiene por especial. Aquellos que lo hacen en un modo excesivamente alto, se considerarán más grandes, poderosos, valiosos,… que la mayoría de los que los rodean y, ademas, se sentirán con el derecho de de que los demás actúen como ellos desean. Por otro lado, los que apenas se reconocen como especiales, se tendrán por inferiores a la mayoría y, además, entenderán que su función será la de estar a disposición de los demás, olvidándose de sí mismos. Los que se acercan al extremo superior serán considerados narcisistas  y los que lo hacen en el inferior  excesivamente empáticos o vergonzosos. Cuando se implican en relaciones, estos perfiles suelen resultar en  el de manipulador y codependiente, respectivamente. Obviamente, ningún punto excesivo es saludable y sí lo es la zona media, aquella en la que la persona se siente valiosa y considera que los demás también lo son, pone límites y no sobrepasa los de los demás, colabora y solicita colaboración, y, en definitiva, respeta y se hace respetar.

Cuando dos individuos situados en cada uno de los bordes descritos se unen en una relación de pareja, lo que siempre sucede es que el narcisista se sentirá en su paraíso particular, a la vez que el otro, el excesivamente empático o vergonzoso, lo hará en un infierno. De lo que hablamos es de enlaces en las que el primero trata al segundo de una manera vejatoria, humillante, manipulativa,..., mostrando una serie de conductas, de las que algunas, las más características y generalizadas, se describen brevemente en los siguientes párrafos.

 

1. Intento continuo de llevar el control. Esto será expresado de formas muy diversas cono decidir donde viajar, con quién salir, qué comprar, etc.


2. Uso de gestos despreciativos o condescendientes. Podría resumirse esto en el modismo “mirar por encima del hombro”.

 

3. Burla de las debilidades y errores de la pareja. Se trata de hacer ver al otro que tiene menos aptitudes o conocimientos que él y que, por tanto, es inferior.


4. Narrar acontecimientos en los que se sobredimensiona la valía personal y se minusvalora la de su compañero o compañera.


5. No mostrar empatía ni apoyo cuando el otro miembro comparte algo íntimo e importante. Para ello, cambiará de tema, harán algún análisis superficial o, simplemente, parecerán no escuchar y seguirá a lo suyo.


6. Falta de respeto por límites ajenos. Será frecuente que el narcisista tome decisiones que afectan a su pareja sin tener en cuenta su opinión, invadirá espacios íntimos sin miramiento y actuará dando por hecho que los ella o él va a hacer lo que él o ella desea.

 

7. Comparar a una su compañera o compañero con otros de mayor valor. Es habitual que las personas con el perfil señalado usen a otras ajenas a la relación para hacer ver al ser más cercano su forma incorrecta de hacer las cosas, su inteligencia inferior o su mayor número de fracasos.


8. Hablar del otro, en su presencia, en tercera persona. Esta es una conducta que crea mayor vergüenza y debilidad que el habla directa, por lo que, usada frecuentemente, servirá como una herramienta más destinada a  crear indefensión y sumisión.


9. Realizar preguntas criticas en las que la función no es realmente saber algo, sino remarcar la poca destreza, inteligencia o habilidad del otro. Por ejemplo,” ¿por qué vas al trabajo por el trayecto más largo y complicado?”, “¿por qué te has comprado esos zapatos y no estos mucho mejores?” o  “¿cómo has logrado acabar tú unos estudios?”.


10. Comentarios hirientes que van disfrazados de simples apreciaciones. Son frecuentes las observaciones del tipo, “me he dado cuenta de que te pones muy nervioso cuando hablas en público”, “veo que ya no te entran los pantalones que compraste el invierno pasado”,“parece que a tu madre le gusta más quedar con tu hermana”, etc.

 

11.Muestras exageradas de preocupación. Aquí, de lo que se trata es de inquietar deliberadamente al otro mediante comentarios que señalan algún pequeño problema de una forma exacerbada. Por ejemplo, “¡madre mía!, tu aspecto no es normal”, “yo iría al médico, te ves mal”, “vaya, sí has perdido dinero, eso es muchísimo”,…

 

Es esencial que la persona que convive con un narcisista sea capaz de identificar las conductas aquí descritas, con el claro objetivo de abandonar la relación y poner medios para no volver a involucrarse en otra similar. El contacto prolongado con una persona que encaja con el  perfil nombrado  puede provocar un daño importante en la identidad y autoestima de la persona que vive en sumisión, lo que, a medio y largo plazo, causará una serie de problemas psicológicos de diferente tipología.  En este ultimo caso, nos encontraremos ante situaciones muy peligrosas para la integridad de la salud y, consecuentemente, requerirán de acciones contundentes tendentes a la protección personal; entre ella, la más urgente es el alejarse de este tipo de relaciones.

 

Bibliografía.

 

Simon, J.H. (2016). How to kill a narcissist: debunking the myth of narcissism and recovering from narcissistic abuse. Conway, AR, USA. Independently Published.

 

Autor: Juan Antonio Alonso.