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AUTOCOMPASIÓN.

Para entender la autocompasión, la doctora Neff (n.d), investigadora que ha centrado gran parte de su labor profesional en definir este concepto  y en darle un uso terapéutico, gusta de explicarla a través de lo que se entiende por compasión hacia los demás. El primer componente de esta es el reconcomiendo por parte del que la experimenta de que otro está sufriendo; tras esto, debe aparecer en este la necesidad de responder a dicho dolor y, como consecuencia de esta,  el  deseo de ayudar de alguna manera a esa persona o personas que han sido reconocidas como dolientes, afligidas, desoladas, rotas,... En esta atención al sufrimiento, la compasión hace especial presencia en forma de  entendimiento y amabilidad en los momentos en los que el otro se equivoca o fracasa.  De esta manera, esta implica la aceptación de que el dolor y la imperfección son realidades compartidas por toda la humanidad; realidades en las que la acusación por el error o la impasibilidad ante el malestar ajeno pierden sentido en pos de una disposición hacia el consuelo y apoyo al que sufre.

Explicada la compasión al otro, resulta fácil exponer en qué consiste la autocompasión; pudiéndose resumir en que esta involucra los mismos procesos psicológicos descritos, pero aplicados a uno mismo.  Así, por un lado se trata de cultivar en nosotros una actitud de amabilidad y entendimiento hacia nuestros errores, fracasos, momentos de dolor,… modificando, por tanto, la actitud crítica con la que a menudo nos tratamos. Por tanto, se trata de aceptar que nadie es perfecto, que todo el mundo sufre y toda criatura necesita apoyo y consuelo; nosotros también.

Cuando alguien se compromete a desarrollar su sentido de autocompasión busca alcanzar un mayor bienestar, no por ser mejor que los demás, sino por aceptarse como es. En otras palabras, por abrirse a la realidad de su humanidad, al hecho de que es imperfecto, de que todos los somos y que eso no es un problema; que eso puede ser así y que él debe estar dispuesto a convivir con que eso sea así.  

Para entender mejor el concepto de autocompasión, nos es útil diferenciar tres componentes básicos:

  • Autoamabilidad entendida como calor y entendimiento hacia uno mismo en el momento de enfrentarse al sufrimiento, los errores, los defectos o los fracasos. Se trata pues de aceptar los aspectos inevitables de la vida ligados al malestar, abandonando la lucha contra este y, por tanto, disminuyendo así el enorme estrés y frustración que causa dicha pelea.
  • La idea de humanidad común. En otras palabras, el que la persona sea consciente de que la naturaleza del ser humano supone  vulnerabilidad e imperfección y, por tanto, esta implica la aceptación de que todos formamos parte de un conjunto más amplio llamando humanidad en el que todos sufrimos, erramos y  fracasamos.
  • Mente plena o mindfulness, necesaria para poder realizar una aproximación a las emociones y pensamientos de manera equilibrada, observándolos como son y no a través del filtro que estos mismos suponen y que llevan ineludiblemente al juicio y la autocrítica.

 

Lista de referencias.

Neff, K. (n.d).  Definition of self-compassion. Recuperado De http://self-compassion.org/the-three-elements-of-self-compassion-2/#definition

 

Autor: Juan Antonio Alonso

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