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EL PERDÓN: DEFINICIÓN Y VALORACIÓN.

El concepto de perdón, término ampliamente conocido y utilizado en el lenguaje cotidiano, hace referencia a un conjunto de respuestas que pueden aparecer en una persona como consecuencia de haber sufrido algún agravio por parte de otra persona o grupo de personas; caracterizándose estas, según García (2010), por la supresión de conductas, emociones y pensamientos destructivos dirigidos hacia el causante del daño  y, a la vez,  por la aplicación de otras respuestas constructivas. Entre estas, Maganto y Garaigordobil (2008) localizaron en uno de sus estudios  la falta de rencor como la más común en cuanto a la supresión de aspectos negativos y, entre las positivas, la reconciliación y la comprensión-empatía ocuparon el lugar más destacado.

Según García (2010), el acto de perdonar  pasa por una primera etapa en la que aquel que ha sufrido un daño o prejuicio ha de reconocer este, una segunda en la que escoge perdonar, una tercera en la que acepta el sufrimiento y la rabia, una cuarta en la que intenta establecer las medidas oportunas para protegerse de futuros agravios y una quinta en la que este expresa de forma explícita el perdón. Por su parte, el proceso de pedir perdón se lleva a cabo a través de una serie de pasos como son el reconocer el daño ocasionado al otro, sentir de verdad el dolor ajeno, analizar las acciones dañinas llevadas a cabo, planificar medidas para que los actos cometidos no vuelvan a repetirse, perdonar verbalmente o mediante cualquier otro medio y, por último, intentar reparar el mal realizado.

El perdón, tanto en su aspecto de petición como en forma ofrecimiento, es señalado como un elemento crucial para el bienestar humano por numerosos investigadores. Al respecto, un estudio llevado a cabo por Akhtar, Dolan y Barlow (2016) entre adultos de Irlanda e Inglaterra que fueron escogidos bajo las condiciones de pertenecer a grupos religioso- espirituales o, por el contrario, a seculares-ateos, encontró una clara relación entre el no perdonar y determinados efectos negativos como la reducción de habilidades cognitivas y barreras en el crecimiento psicosocial y social; mientras que el perdón se relacionó con una reducción de estados afectivos negativos, aumento de emociones positivas, buenas relaciones con los otros, crecimientos espiritual, sentido de significado y propósito en la visa y un gran sentido de empoderamiento. Concluyendo el estudio que, ante los resultados observados, el perdón parece ser un elemento determinante para el bienestar psicológico de los seres humanos.

Para que sea posible el acto de perdonar existen diferentes factores a tener en cuenta, debiéndose atender a las características de la persona que ha de prestar su indulgencia, del acto que ha de ser perdonado, del que provoca el agravio,  de la relación entre dañado y ofensor y, por último, de determinadas condiciones sociodemográficas (Guzmán, 2010). 

 

Respecto a las primeras, un elemento que favorecerá que la persona perdone será que esta sienta cierta empatía hacia el ofensor, que interprete los actos de este sin intención negativa,  que tenga la capacidad de no dejarse arrastrar por emociones como la rabia o la tristeza,  que su personalidad se aleje del narcisismo y que su estilo de apego sea seguro. En relación a las características del acto susceptible de ser perdonado, cuanto más grave haya sido la ofensa más lejano se encontrará el perdón.  El ofensor, por su parte, cuanta mayor sinceridad muestre en sus disculpas más cerca estará de que estas sean aceptadas. En la relación, será la cercanía entre dañado y agresor la que favorezca la indulgencia. Por último, la variable sociodemográfica que más parece influir en el acto de perdonar es el sexo; encontrándose que las mujeres suelen tener mayor capacidad que los hombres para ponerlo en práctica.

Ante la importancia de la capacidad del ser humano para perdonar y pedir perdón, esta ha sido atendida históricamente por la mayoría de religiones y, de forma similar, en las últimas décadas, por diferentes enfoques psicológicos en su versión terapéutica. Así, con la intención de conocer la eficacia de esta faceta de los seres humanos en la intervención psicológica, se han llevado a cabo en los últimos años diferentes estudios que han intentando evaluar la eficacia de las terapias centradas en el perdón. En esta línea, Akhtar y Barlow (2016), realizaron una revisión de diferentes estudios llevados a cabo entre adolescentes y adultos que habían sufrido diferentes daños consecuencia de actos violentos y que, a la vez, habían recibido terapias psicológicas basadas en el perdón; encontrando numerosos datos que sugieren que el perdón de las diferentes ofensas en la vida real parece ser un elemento muy efectivo para favorecer diferentes dimensiones del bienestar mental y, por tanto, avalando el uso de estas terapias como forma de mejorar la capacidad de las personas para poder vivir de un modo significativo y satisfactorio.

 

Lista De Referencias.

Akhtar, S. & Barlow, J. (2016). Forgiveness Therapy for the Promotion of Mental Well-Being: A Systematic Review and Meta-Analysis. Trauma, Violence & Abuse. doi:10.1177/1524838016637079

Akhtar, S. Dolan, A. & Barlow, J. (2016). Understanding the Relationship Between State Forgiveness and Psychological Wellbeing: A Qualitative Study. Journal of Religion and Health. 3 (55). 1-14

García, J.A. (2010). Perdonar Y Pedir Perdón. Recuperado de http://www.psicoterapeutas.com/Tratamientos/perdon.html

Guzmán, M. (2010). El Perdón en Relaciones Cercanas: Conceptualización desde una Perspectiva Psicológica e Implicancias para la Práctica Clínica. Psykhe. 1 (19). 19-30.

Maganto, C.  Y Garaigordobil, M. (2010). Evaluación Del Perdón: Diferencias Generacionales Y Diferencias De Sexo. Revista Latinoamericana De Psicología. 42(3). 391-403

 

Autor: Juan Antonio Alonso

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